Dice una antigua leyenda de la etnia Dai que la luna fue una vez Yan Jian, el tercer hijo del Emperador del Cielo, quien condujo al pueblo Dai para vencer a los enemigos y también trabajó arduamente para que su pueblo tenga una buena vida.
Luego de su muerte, se convirtió en la luna y se elevó al cielo iluminando suavemente a su amado pueblo.
Cada año, en vísperas del Festival del medio otoño, por la mañana temprano los hombres suben a las colinas y cazan faisanes con escopetas. Las mujeres jóvenes pescan en lagos y ríos y preparan la cena para la fiesta. Las abuelas machacan arroz glutinoso y hacen pasteles de diferentes tamaños. Coloca uno en cada extremo de la mesa y colocan un incienso apagado en cada pata de la misma. Cuando aparece la luna sobre la montaña, se encienden el incienso y los miembros de la familia comienzan el ritual disparando con sus escopetas hacia el cielo en honor a Yan Jian, el héroe. Finalmente, todos los integrantes de la familia se sientan a la mesa a disfrutar de la comida, conversar y disfrutar de la Gran Luna.