El té más antiguo del mundo

En el año 1990 un equipo de arqueólogos descubrió muy cerca de la ciudad de Xian, centro norte de China, el mausoleo del emperador Jing Di de la Dinatía Han, quien ejerció su mandato entre los años 156 y 141 a.C.

En las excavaciones se encontraron piezas de cerámica, armas, carros de caballos, restos de cereales tales como mijo y arroz y otros materiales indescifrables. Dos décadas más tarde los análisis de laboratorio arrojaron como resultado que los restos no identificados eran, ni más ni menos que los restos de té (camellia sinectis) más antiguos que se conocen.

Si bien ya se sabía que las hojas de té eran utilizadas como bebida hace más de 2000 años, aún no se habían encontrado pruebas contundentes que lo demostrasen.

El descubridor

Según los registros históricos, el té fue descubierto por el emperador Shen Nung, considerado el creador de la agricultura y quien lo utilizó como un remedio para combatir las intoxicaciones y prolongar la vida. Luego se popularizó y se comenzó a usar como una bebida a la cual se le rendía homenaje a través de la ceremonia del té; era infaltable en las reuniones de intelectuales y la excusa ideal para reunir a la familia alrededor de la mesa.  Con el tiempo se  propagó desde China y el Tíbet al resto de Asia a través de la Ruta de la Seda, hasta convertirse en una de las bebidas más populares del mundo.

 

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